martes, 20 de diciembre de 2011

Ruta de Senderismo: Gargantas de la Hermida

Vamos a cerrar la temporada de entradas 2011 con una nueva ruta senderista que cierra nuestro periplo lebaniego precisamente donde lo empezamos, en el desfiladero de la Hermida. Recorremos en la asequible ruta de hoy dos de las canales laterales del desfiladero de La Hermida, completándolo con el acceso al mirador más interesante de toda la garganta. LA PRÓXIMA ENTRADA SERÁ PREVISIBLEMENTE TRAS SEMANA SANTA. MIENTRAS TANTO OS SUGIERO SEGUIR MIS OTROS BLOGS.


Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Normal
Belleza: Alta
Tiempo: 3 horas y 45 minutos (11 kilómetros)

Situación

Desde Santander deberemos seguir la A8 en dirección a Oviedo hasta la salida de Unquera. Desde aquí seguiremos la N-621 en dirección a Potes. Al cabo de unos kilómetros entramos en territorio de Asturias y cruzamos Panes. Más adelante nos internamos en el Desfiladero de La Hermida. Superado el pueblo que da nombre a la garganta, y unos metros después del kilómetro 160, encontramos una especie de refugio de pescadores donde dejaremos el coche.



Puntos de interés.

Gargantas de los ríos Cicera y Navedo. Vistas desde el mirador de Santa Catalina. Bolera de los Moros. Tramos boscosos y castaños centenarios.

Descripción de la ruta.
Unos metros carretera adelante, justo al otro lado de un puente, encontramos la senda y el panel explicativo de la ruta de las Agüeras, que coincide en buena medida con el recorrido de hoy.



Tomamos esta senda que deja el río Cicera a su izquierda y empezamos a ascender, al principio junto al saltarín cauce y luego algo más separado. Ganamos altura con rapidez pero sin demasiadas complicaciones mientras las paredes del desfiladero de la Hermida van quedando cada vez más abajo.

Durante el primer tramo el arbolado es escaso, excepto la vegetación de ribera, pero a una determinada altura van apareciendo interesantes ejemplares de robles y castaños. A los 3 km, habiendo superado unos 300 metros de desnivel, llegamos a las cercanías del pueblo de Cicera, y finalmente a su caserío.

 







El núcleo conserva algunas casas de interés y está rodeado de praderías con no excesiva pendiente. Hacia la izquierda buscamos la carretera que da servicio al pueblo y empezamos a caminar por la misma, en dirección a un espolón boscoso que aparece coronado por una torre de comunicaciones.



Tras recorrer aproximadamente un kilómetro por esta tranquila carretera aparece a nuestra izquierda la pista que conduce al mirador de Santa Catalina, que es donde se encuentra la antena citada. Tomamos pues dicha pista y pronto nos vemos inmersos en el bosque, primero rodeados de robles y castaños y luego de hayas. Tras aproximadamente kilómetro y medio y 200 metros de desnivel la pista llega junto a la antena. Junto a la misma unas escaleras trabajadas en la roca nos permiten acceder a sendos miradores sobre el desfiladero de la Hermida.



Disfrutamos de maravillosas y sobrecogedoras vistas sobre la mitad sur del cañón. En la lejanía podemos ver las montañas de cierre de Liébana, pudiendo distinguirse picos como el Curavacas y Peña Prieta. El río Deva y la carretera discurre 600 metros por debajo de nuestros pies.




Junto al segundo de los miradores, y guiados por los paneles explicativos, encontramos los restos de una torre defensiva altomedieval. Estos restos guardan cierto parecido con la planta de una bolera, por lo que los lugareños han conocido tradicionalmente este lugar como “la bolera de los moros”. Desde luego la ubicación de este punto no puede ser más estratégica.


Tras disfrutar de los inigualables paisajes volvemos a la base de la torre de comunicación. Muy cerca, junto a la primera curva, se puede identificar sin muchas dificultades un sendero que nos permite bajar entre el bosque, hasta enlazar con la pista asfaltada unos 500 metros más adelante. Llegando al cruce de la pista con la carretera encontramos un alargado edificio que en realidad es la ermita de Santa Catalina. Justo enfrente encontramos un prado abierto por el que descendemos suavemente.







 Hacia el final del prado se une por nuestra derecha un incipiente curso de agua conocido como riega de Santa Catalina, y se va definiendo mejor un sendero que se introduce en el bosque. Nos encontramos con sendos cruces en los que continuaremos por el camino que discurre más cerca del arroyo, sin cruzarlo.

Un tramo después aumenta la confusión al aparecer varias opciones, aunque probablemente acaben confluyendo. Los montoncitos de piedras en algunos lugares ayudan a seguir por el sendero que se aleja algo del curso de agua girando paulatinamente hacia la izquierda. Es este un lugar en el que abundan retorcidos ejemplares de castaño de tamaño considerable.



El sendero que nosotros seguimos acaba desembocando en otro más definido, ya en las proximidades del río Navedo. Es este un lugar bastante visitado por los prácticamente del descenso de cañones. Existen varios puntos en los que podemos asomarnos a ver las pozas y caídas de agua. Sin más novedad descendemos el tramo que nos separa de la carretera N-621.








Llegados a la misma la tomamos hacia la izquierda, pegados a la pared rocosa y muy atentos a la abundante circulación. En todo caso manteniendo la atención no tiene que haber mayor problema en recorrer el kilómetro largo que nos separa de nuestro coche.

Comentarios.

Ruta sencilla, aunque con unos 700 metros de desnivel acumulado. Como hemos visto hay un tramo en que la orientación es un tanto compleja aunque no debe haber mayor problema. Os he colgado un pequeño vídeo con las vistas desde el mirador. El primer enfoque trata de acercarse a la zona de La Braña de los Tejos (ver entrada anterior), el segundo al Pico Curavacas y el tercero hacia el pueblo de La Hermida.

Track de la ruta:




2 comentarios: