viernes, 10 de diciembre de 2010

Ruta de senderismo: el valle de Polaciones

El Valle de Polaciones es un apartado y poco conocido municipio cántabro situado en la cabecera del Nansa; y que concentra buena parte de la esencia montañesa. Bucólicos prados y extensos bosques caducifolios (especialmente hayas) cubren un territorio salpicado de pequeños pueblos asolados por la despoblación. En parte por ello son pocas las antiguas sendas que pueden recorrerse con facilidad. En la ruta de hoy nos haremos a una idea general de su paisaje, de manera bastante sencilla y siempre próximos a la C-224, carretera que recorre el valle transversalmente.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas (10,5 kilómetros)


Situación.

Para acceder a Santa Eulalia, punto de partida de la ruta, debemos seguir la A-8 en dirección a Oviedo hasta que, pasado San Vicente de la Barquera, nos encontremos con el cruce indicativo de las cuevas del Soplao y Valle del Nansa. Tomaremos un par de kilómetros la antigua nacional y luego nos desviaremos por la Comarcal S-223, que remonta el río.

Tras casi 50 kilómetros por esta nueva pista, y pasado Puentenansa, el cruce de Tudanca y el embalse de la Cohilla, entramos en Polaciones. Santa Eulalia se encuentra unos 6 kilómetros más adelante, ligeramente desviado a la izquierda. También es posible acceder a Puentenansa desde Cabezón de La Sal, a través del Valle de Cabuérniga y la Collada de Carmona.

Puntos de Interés

Prados y hayedos de Polaciones. Arquitectura tradicional. Vistas sobre Picos de Europa y Pesaguero. Vistas hacia Peña Labra y Puertos de los Sejos. Cauce del Nansa-Verdujal.

Descripción de la Ruta

A la altura de las primeras casas de Santa Eulalia (970 metros) tenemos una especie de aparcamiento en batería donde podremos dejar el coche. Descendemos hacia el centro del pueblo, que conserva en gran medida su esencia tradicional, hasta llegar a su iglesia. Desde allí seguimos el camino que hacia la izquierda desciende en busca del río Verdujal, que es como en Polaciones se conoce al alto Nansa.

Cruzamos un primer arroyo y justo antes de cruzar el propio río nos encontramos con la señal que indica el camino a Salceda, hacia la derecha. Los siguientes dos kilómetros discurren junto al cauce del río, que cruzaremos una primera vez, mientras disfrutamos de los prados en primer término y los hayedos de las laderas. De frente observamos el pueblo de Salceda, al que llegamos sin mayores problemas. Como dato curioso indicaremos que en este pueblo nació y vivió sus primeros años el actual Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.



Llegados a este nuevo núcleo, más pequeño incluso que Santa Eulalia, tenemos dos opciones. La señal nos sugiere que no crucemos el puente sino que continuemos por la izquierda y lo vadeemos un poco más adelante. El problema de esta opción es que tendremos que atravesar una pequeña zona algo embarrada. La otra opción consiste en entrar en el pueblo y tomar la calle de la izquierda, elección que conllevará lidiar con los tradicionales perros enojados.


De una u otra forma nos encontraremos en la margen derecha del cauce. Mientras el camino se estrecha considerablemente y se empina visiblemente, el valle se estrecha. Tras un pequeño esfuerzo el camino termina uniéndose a la carretera justo a la altura del mirador de la Cruz de Cabezuela, a los 3,5 kilómetros, mientras que el Verdujal sigue remontando hacia la izquierda, ya bajo la sombra de la meseta rocosa de Peña Labra.



La Cruz de Cabezuela, a unos 1150 metros de altitud, es un mirador que representa el cambio de vertiente entre las cuencas del Nansa y del Deva (el río de Liébana). En el lugar vemos una estatua alegórica y un aparcamiento; si bien es verdad que las vistas están un tanto entorpecidas por la abundante vegetación arbórea.



Un cartel y una señal de circulación prohibida marcan la pista por la que hemos de continuar. Desde este punto nos internamos en un bucólico camino bajo la sombra del precioso hayedo de Las Treviesas. Los pocos huecos existentes en el denso arbolado permiten descubrir el perfil de los picos de Europa y de la divisoria Cántabro-Palentina.



El camino avanza muy cerca del cordal divisorio entre las citadas cuencas del Nansa y el Deva, ganando altura con suavidad. Así continuaremos hasta que a los 5 kilómetros de recorrido el paisaje se abre bruscamente en una zona de prados. Descendemos un poco hasta una nave ganadera y, tras disfrutar de nuevas vistas hartos interesantes tomamos la pista que asciende hacia nuestra izquierda.



Ascendemos de forma algo más acusada y pronto volvemos a vernos inmersos en el bosque. Apenas superado el punto más alto del trayecto, a 1230 metros, llegamos a un cruce en el que tomaremos el camino de la derecha (6 km), volviendo a la vertiente del Nansa.

Superamos varias portillas ganaderas, alcanzamos un arroyo junto a una curva pronunciada y disfrutamos de una privilegiada panorámica de Peña Sagra con sus laderas cubiertas de hayedos. Con un poco de suerte también veremos la cumbre del Tres Mares.

Poco después de este punto (y tras tomar la opción derecha en una bifurcación) llegamos a una nave ganadera rodeada de abundante maquinaria agrícola. En este punto conectamos con la carretera de acceso a Cotillos (7,5 kilómetros). De frente una excelente vista general del valle de Polaciones, cerrada por las laderas de los casi legendarios puertos de pasto de los Sejos.



No accederemos a Cotillos (uno de los núcleos ubicados a mayor altitud de toda Cantabria), sino que buscamos la pista situada casi enfrente (tal vez debamos retroceder unos metros) y que continúa descendiendo. Unas pronunciadas rampas nos encaminan a la ermita de la virgen de la Sierra, que ya vemos bajo nosotros y que alcanzaremos tras un nuevo cruce tomado a la derecha.

El templo (8,5 kilómetros), ubicado en un paisaje bucólico, no presenta mayor interés arquitectónico. Junto al mismo se ha erigido una placa conmemorativa a los caídos republicanos, que parece haber sustituido a otra equivalente del bando contrario. Nosotros tomamos la pista asfaltada que da acceso a la ermita desde la carretera comarcal.


Una vez en la carretera comarcal tomamos la misma en sentido descendente. Desde aquí, justo a la altura de la siguiente curva, existe un sendero que lleva directamente a Santa Eulalia, pero su estado parece poco prometedor; con lo que recomendamos recorrer el kilómetro restante hasta Santa Eulalia por la carretera.


Comentarios

Existe una opción a priori más interesante (mayor inmersión en el hayedo) consistente en alcanzar la Cruz de Cabezuela desde el pueblo de Tresabuela. No obstante en este caso deberemos o bien ir y volver por el mismo trayecto o bien, si queremos realizar el recorrido circular, afrontar tramos de enlace dificultados por la vegetación. En la opción escogida limitamos considerablemente las posibilidades de desorientación.

Esta es una de esas rutas para las que deberemos tratar de reservar una fecha a finales de octubre o principios de noviembre para poder disfrutar de los hayedos en su plenitud. La niebla puede no representar mayor problema para realizar el trayecto, pero como siempre la belleza se verá bastante mitigada.
Track de la ruta.



3 comentarios:

  1. Bonita ruta, me la he agregado a favoritos por si algun dia nos da por ir un poco mas alla en nuestras caminatas.
    La foto de portada de tu blog me ha encantado jeje..eso podia haber sido perfectamente el puerto de Lunada desde burgos.
    Estos castellano-leoneses son la leche!!!
    No cuidan sus caminos (mas que ellos, sus politicos).
    Un saludo.

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  2. Gracias por el comentario. La foto está hecha en la carretera que conduce desde Carrales a Polientes.

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  3. En el cruce donde señaliza Cotillos, la explicación da lugar a equivocaciones. Nosotros nos fuimos al frente (es decir, en vez de a la derecha, a la izquierda) y aparecimos en otro valle, a media hora en coche del lugar donde empezamos..

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